MÓNICA ORNELAS
Serie: Divagaciones apostadas
Díptico
Paráfrasis de la pintura La Venus dormida (1944), de Paul Delvaux
<
6 - 7
>
Fotografía Blanco y Negro (plata / gelatina)
16 X 20 pulg. Total: 12 piezas 1994 – 1995
Selección VII Bienal de Fotografía / CONACULTA-Centro de la Imagen / 1995
BITÁCORA
La serie Divagaciones apostadas es el primero de los trabajos que reconozco autoral. Realizada entre 1994 y 1995, al poco tiempo de haber egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, esta serie fotográfica nacía con la idea de representar una analogía vida-juego. Desde este primer momento y de manera apenas intuida, expuse mi interés por lo conceptual y mi actitud ante el público: “quería de este concepto de analogía vida-juego, hacer una propuesta apostada para entablar a través de la obra, un diálogo en principio visual pero también emotivo e intelectual”.
Bajo un estilo o género que se hizo llamar fotografía construida ―y del cual yo no tenía razón de su existencia por aquel tiempo― en esta serie busqué identificar la metáfora-analogía que existe entre juego y vida humana, considerando que a lo largo de nuestra vida hay bastantes decisiones que debemos tomar, que nos vemos obligados a tomar, y de las que no tenemos la seguridad ni la certeza de que serán correctas [...] En este andar divagando vamos decidiendo la vida y además, nos apostamos. Es necesario que decidamos y apostamos, nos apostamos emotiva, sensitiva e intelectualmente, nos apostamos desde la piel
A esta manera de proceder en la que ofrecía una concepción personal del mundo, la llamaba yo fotografía intimista.
Desde mis inicios en la producción fotográfica con tintes autorales perseguí la exploración de diversas facetas de la experiencia visual, procurando un tratamiento conceptual de la producción misma. Al ver extendido mi trabajo visual a la estructuración de un argumento, advertí el placer de ensanchar mi comprensión interpretativa ya de lo humano, ya del acto creativo de producción. En adelante, esta tentativa sería frecuentada con gran gusto y no menos obstinación.
Uno más de los elementos que recupero de aquellos inicios, y que se ha sostenido como una constante, es una declaración recuperada de entre las líneas que formaron parte del texto que acompañó a mis Divagaciones ...: La claridad y el desconcierto de que existe una inmensidad que se le fuga a la imagen, al lenguaje:
digo inmensidad y revierto la imagen al silencio.
A mi juicio, aquí se asume uno de los múltiples límites de la representación, de las imágenes y de la articulación discursiva. La experiencia excede al lenguaje que la nombra, pero es también gracias al lenguaje que abraza, que tiene existencia y reconoce sus límites.
Adentré mis pies
a la urgencia de descifrar de vislumbrar aunque fuese una
breve esquina del vacío y dije inmensidad
dije inmensidad
y me decía frágil incierta expuesta al absurdo que merezco y me merece
a fuerza de apostarme la epidermis las memorias la epidermis de la memoria
dije
inmensidad provocándome
el vértigo la siguiente-actual caída
desearía las veredas de quien huye desearía el exilio
el autoexilio
desearía de no ser por … de no ser desearía
conquistar al tiempo ese “que no es y está a punto de ser”
para que me revelase sus secretos
Qué inquietud tan certera este buscar en mis inconstancias
y a pesar de las vacilaciones mías tuyas de nuestros múltiplos
y de los otros que eligieron entre el caos y
en el centro de un espejismo
JUGAR
con la prisa del mundo
digo
inmensidad y digo
incertidumbre ruptura ausencia caos identidades
desencuentro azar instante anhelo fugacidad
absurdo duda divagaciones lanzo mi faena al aire
y me apuesto
digo inmensidad y
revierto la imagen al silencio
Mónica Ornelas
abril - mayo, 1995 / Guadalajara, Jal.
© Mónica Ornelas 2020. | monica.ludica.1@gmail.com | diseño: TRAMEDIA S.A.
Registro público de derechos de autor: 03 2004 1213192300